Claudia Sheinbaum, presidenta del país, no sólo denunció las detenciones masivas como actos “muy injustos”, sino que lanzó un mensaje diplomático claro: sin trabajadores migrantes, la economía agrícola estadounidense se desmorona.
Recalcó que la administración de Trump necesita a los mexicanos, aunque los trate como criminales.
La mandataria instruyó a la Secretaría de Relaciones Exteriores a incrementar los recursos humanos y materiales en los consulados, principalmente en el sur de California, donde se concentran los operativos del ICE.
Las oficinas consulares han comenzado a revisar los centros de detención para establecer cuántos mexicanos han sido privados de libertad y bajo qué condiciones. La presidenta pidió que se mantenga contacto permanente con los familiares de los afectados.
Claudia Sheinbaum destacó que los migrantes no son culpables de la crisis migratoria, sino víctimas de políticas represivas que pretenden resolver problemas estructurales con fuerza policial.
“No hay ningún argumento económico ni moral que justifique estas redadas”, sostuvo, y recordó que el trabajo de los mexicanos en Estados Unidos ha sido fundamental para levantar el campo, la construcción, los servicios y la industria desde hace décadas.