El caso de Andrés “Andy” López Beltrán, quien salió a justificar su polémico viaje a Japón con una carta publicada en redes sociales, ha generado un efecto dominó en la dirigencia de Morena. Su intento por controlar daños con un mensaje cargado de acusaciones, justificaciones y un tono combativo, abrió un debate dentro del movimiento lopezobradorista. Las reacciones no se hicieron esperar: Gerardo Fernández Noroña lanzó una crítica directa, mientras que la presidenta Claudia Sheinbaum optó por la contención y la reafirmación ética.
En la carta, López Beltrán defendió su viaje como merecido, pagado con recursos propios y bajo condiciones “de austeridad”. Detalló que se hospedó por 7,500 pesos diarios, negó haber usado recursos públicos y señaló a los medios y “espías conservadores” como responsables de un linchamiento mediático en su contra. También invocó principios de la 4T: “El poder es humildad”, dijo, citando a Benito Juárez.
Sin embargo, la reacción de Noroña fue inmediata y sin concesiones. El presidente del Senado calificó la carta de “malísima” y dudó de su autenticidad. “Francamente no le veo que sea su estilo”, dijo, antes de ser informado de que la misiva estaba en la cuenta oficial de Andy. Con ironía, cerró el tema: “¡Ah!, bueno, pues ya dije”.
Por su parte, Claudia Sheinbaum fue cuestionada sobre si se sintió aludida por el mensaje de López Beltrán. “¿Alusión a mí? No, ¿por qué?”, contestó, y descartó enredarse en el tema. No obstante, lanzó una línea de alta carga simbólica: “El poder se debe ejercer con humildad, con sencillez. Nos debemos al pueblo. Nos juzga uno solo: el pueblo de México”.
La presidenta también dejó claro que la responsabilidad pública implica actuar con integridad dentro y fuera del cargo: “Debemos actuar como ciudadanos desde que salimos de casa hasta que llegamos al trabajo”, insistió.
Más allá del incidente, el caso Andy ha puesto sobre la mesa una tensión latente dentro de Morena: el equilibrio entre la vida privada de sus figuras visibles, el discurso de austeridad que los define y la rendición de cuentas que exigen tanto sus adversarios como su base electoral.
