“Su mensaje de paz es muy importante”, dijo Claudia Sheinbaum ante la prensa, con el tono sobrio que reserva para temas de fondo. En medio de una conferencia dominada por asuntos de seguridad y economía, el nombre del Papa León XIV irrumpió como un recordatorio de otra dimensión del poder: la espiritual. La presidenta mexicana no dudó en expresar admiración por el pontífice, a quien describió como un hombre comprometido con el entendimiento global.
Desde el inicio de su pontificado, León XIV ha hablado en favor de la ecología integral, la fraternidad entre pueblos y la dignidad de los excluidos. Mensajes que, según Sheinbaum, están en sintonía con los principios de la Cuarta Transformación. Por ello, su figura encuentra eco en México, donde millones lo reconocen como referente moral, más allá de credos individuales.
Sheinbaum no confirmó una visita, pero fue clara: la invitación sigue abierta. “Sería muy importante para México”, dijo, recordando que el Papa no sólo representa una fe, sino también a un Estado. De concretarse, sería la primera vez que León XIV pisa tierra mexicana. Y quizá, también, una oportunidad para renovar la relación entre lo público y lo espiritual en tiempos de transición.