El Gobierno de Estados Unidos intensificó su ofensiva contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro, al duplicar a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a su arresto.
La fiscal general, Pamela Bondi, señaló que la investigación federal vincula al mandatario con operaciones del Cártel de Sinaloa a través de la estructura conocida como Cártel de los Soles, que supuestamente controla el tráfico de drogas desde Venezuela hacia Estados Unidos.
En un mensaje difundido en la red social X, Bondi calificó a Maduro como “uno de los narcotraficantes más grandes del mundo y una amenaza directa para la seguridad nacional”.
Según la Administración para el Control de Drogas (DEA), en lo que va de la investigación se han incautado 30 toneladas de cocaína relacionadas con el esquema de Maduro y sus cómplices, de las cuales siete toneladas estarían directamente ligadas a él.
La fiscal general sostuvo que el Cártel de Sinaloa ha operado en estados venezolanos como Zulia y Apure, usando pistas de aterrizaje clandestinas y apoyo logístico de grupos armados colombianos, incluido el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
También citó antecedentes como la detención en 2020 del excapitán de la Fuerza Aérea venezolana Gino Alfonso Garcés Vergara, acusado de aceptar sobornos para permitir vuelos cargados de drogas del cártel mexicano.
Bondi añadió que el Departamento de Justicia ha confiscado más de 700 millones de dólares en activos relacionados con Maduro, incluidos dos aviones privados y nueve vehículos.
La medida, explicó, forma parte de una estrategia coordinada con el presidente Donald Trump para “llevar a Maduro ante la justicia” y desarticular sus alianzas con grupos del crimen organizado transnacional.
El gobierno venezolano ha rechazado las acusaciones. Maduro afirma que Washington financia una “conspiración fascista” contra su país y su ministro de Interior, Diosdado Cabello, sostiene que el Cártel de los Soles es un “invento” usado para atacar a funcionarios que incomodan a Estados Unidos.
