Antes de que la política tomara el micrófono, el eco del náhuatl llenó el salón Tesorería. Niñas y niños de Cuautempan, Puebla, hablaron con la cadencia de los montes: “Cuando hablamos náhuatl, hablamos con el corazón de nuestros abuelos”. Así abrió la Mañanera del Pueblo en honor a las lenguas originarias, donde la palabra fue canto y la memoria, raíz.
La secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, retomó el mensaje para anunciar la Fiesta de las Culturas Comunitarias 2025, encuentro que se celebrará en el Zócalo capitalino con la participación de cientos de colectivos indígenas y artísticos. “La lengua es un territorio a defender —dijo— y la cultura comunitaria es el corazón de la política cultural del país”.
Curiel presentó los Cuicalis, casas de canto que recuperan la idea ancestral de enseñar a través de la música y la ofrenda. “Cada cuicalli es una casa del alma, un lugar donde el conocimiento se transmite cantando”, expresó. En ellos participan miles de niñas y niños, quienes han multiplicado el programa Cultura Comunitaria en más de la mitad del territorio nacional.
A su lado, Adelfo Regino Montes, del INPI, sostuvo que cada lengua es un modo de habitar la tierra. “No hay palabra sin territorio ni territorio sin memoria”, dijo, recordando que las comunidades son las primeras guardianas del conocimiento.
El acto culminó con la Orquesta Monumental de Pilares, símbolo de la continuidad de un proyecto que nació en la Ciudad de México bajo el impulso de Sheinbaum. La música llenó el recinto con sones y huapangos, como si el náhuatl volviera a ser la lengua del aire.
Cuando tomó la palabra, la presidenta Claudia Sheinbaum cerró con una frase que condensó el espíritu del encuentro: “Defender las lenguas es defender a México”.








